“La contracción económica en Latinoamérica a raíz de la pandemia fue mayor que la contracción durante la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, la crisis de la deuda de la década de 1980 y la crisis financiera de 2008-2009″, afirma el economista costarricense.
Gabriel Abusada
¿Quieres recibir nuestro exclusivo boletín informativo en tu correo? ¡Suscríbete a #BoletinPatilla! De visita en Buenos Aires para participar de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, Salazar-Xirinachs describe cómo afectó a la región lo que denomina una “cascada de crisis”: la pandemia, la guerra y sus reverberaciones han implicado una disrupción en la cadena de suministros, alzas de precios y alteraciones fiscales y monetarias.
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Además, el importante aumento en las tasas de interés ha encarecido el servicio de la deuda y la posibilidad de colocar nueva deuda.
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“Una mayoría de países latinoamericanos está con espacio fiscal limitado y se enfrenta a un servicio de la deuda más alto”, sostiene Salazar-Xirinachs, quien, de todos modos, no vislumbra un riesgo inminente de un cese de pagos en alguno de los países de la región.
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MENOR PRESIÓN INFLACIONARIA Y CRECIMIENTO MAGRO
“Se puede vislumbrar un 2023 en el que el tema de la inflación mejore un poco a través del año, pero ciertamente la tasa de crecimiento va a peor”, señala Salazar-Xirinachs, quien asumió el mes pasado como secretario ejecutivo de la Cepal
El economista observa que hay productos alimenticios básicos cuya curva de precios no solo se está aplanando, sino que ya está incluso en un punto de inflexión y empieza a bajar
Además, cree que es factible que hacia el primer o segundo trimestre de 2023 los aumentos en las tasas de referencia de política monetaria se detengan o, al menos, tengan una pausa, algo que, de ocurrir, impactaría positivamente en las expectativas de inflación
La mala noticia, sin embargo, es que el esperable respiro en los precios se dará de la mano de un magro crecimiento económico en Latinoamérica, proyectado por la Cepal en 1,4 % para 2023, por debajo del promedio mundial esperado del 2,7 %
El desempeño regional estaría apenas por encima del 1 % esperado para Estados Unidos, proyección esta última que en sí misma implica preocupación para países latinoamericanos, como México y las naciones centroamericanas, que tienen en la economía estadounidense su principal destino de exportaciones
“Tampoco hay buenas noticias para los países que tienen a la eurozona como principal mercado de destino porque el crecimiento esperado en la eurozona es de solo 0,5 %. De hecho, en varios países europeos va a haber recesión”, afirma
MÁS AMBICIÓN Y MENOS TIMIDEZ
Para Salazar-Xirinachs, ante esta “cascada de crisis” y todos sus impactos simultáneos, los Gobiernos de los países de la región “deberían subir el nivel de ambición porque el deterioro y las circunstancias así lo demandan”
“En vista de la magnitud del shock, no es un momento para cambios graduales o tímidos. Ojalá que tanto los Gobiernos como el diálogo social y los pactos que se puedan negociar reconozcan la gravedad de esto y que haya cambios realmente transformadores, ambiciosos”, sostiene
A su juicio, la velocidad con la que se deben hacer estos cambios también la imponen las sociedades porque “el tiempo que la ciudadanía da a los Gobiernos para arreglar los problemas no es lo que solía ser”
“Ahora hay impaciencia y eso es un reto. Los gobernantes están en una prueba de estrés ante esta situación de shocks”, afirma
Entre las políticas que Salazar-Xirinachs sugiere adoptar están el negociar pactos fiscales y aprobar algunos impuestos, en lo posible progresivos, como por ejemplo un tributo a las rentas extraordinarias obtenidas por ciertos sectores beneficiados por la “bonanza” de los productos primarios
También sugiere avanzar en renegociaciones de las deudas públicas y privadas, internas y externas, para lanzarlas a plazos más largos, y explorar esquemas innovadores de financiación, como los bonos verdes
“Pero una política clave es la reactivación económica porque, aun sin una reforma tributaria, si un país, en vez de crecer al 0,2 %, crece al 2 o al 3 %, ya eso le da muchos más ingresos tributarios y abre un poco de espacios fiscales”, reflexiona el secretario ejecutivo de la Cepal
EFE